Es lógico pensar que un niño alimentado exclusivamente con leche materna pasará menos tiempo con su padre. Pero ¿qué ocurre si ya ha empezado a comer alimentos sólidos y la lactancia materna no es su única fuente de sustento?
El TJMT entendió que la lactancia materna, aunque no sea exclusiva, justifica la reducción de la convivencia entre padre e hijo.
En el caso en cuestión, el tribunal de primera instancia dictó una sentencia que concedía al padre, residente en una ciudad distinta a la de su hijo, el derecho a visitas de 10:00 a 18:00 siempre que se encontrara en la ciudad de su hijo, y que las vacaciones escolares se dividirían proporcionalmente entre ambos. Insatisfecha, la madre recurrió la sentencia, y el Tribunal de Justicia de Montana finalmente modificó el período de convivencia a visitas supervisadas de la madre de 14:00 a 18:00 en su domicilio. La sentencia defendió el interés superior del niño de un año, con el objetivo de proteger su desarrollo, que se vería perjudicado al pasar tanto tiempo lejos de su madre, quien aún lo amamantaba.