Además de la incalculable pérdida de vidas humanas, la pandemia causada por el COVID-19 también trajo una gran desestabilización a la economía brasileña, todo como resultado de las interrupciones en el flujo normal de suministro de productos y servicios, tanto en Brasil como en el exterior.
El aumento de los precios de las materias primas, productos manufacturados, bienes y servicios, incluidos los importados, y las correspondientes fluctuaciones del tipo de cambio, hicieron que la inflación medida por el IGP-M se disparara.
Como resultado, muchas empresas recurrieron a los tribunales para revisar la aplicación del índice como factor de corrección monetaria, dado su aumento resultante de una situación atípica.
En determinadas situaciones, es decir, teniendo en cuenta las particularidades de cada caso, el Tribunal de Justicia del Estado de São Paulo ha acogido la solicitud y determinado la utilización de otro índice en sustitución del IGP-M, dado que el objetivo principal del citado índice es acompañar la evolución de los precios de bienes y servicios, y no necesariamente restaurar el poder adquisitivo de la moneda.
Por lo tanto, para aquellos cuyos contratos fueron significativamente impactados por la aplicación del IGP-M, vale la pena analizar la viabilidad de solicitar, judicialmente, su sustitución por otro índice que refleje de forma más justa la inflación.